‘Los esperábamos. Y llegaron con el previsible éxito que llevan consigo [...] la espera por presenciar un concierto completo con ellos valió la pena.’
Málagahoy
‘Rompedores, que no rupturistas, estos magníficos respetan estilos y técnicas pero dejan muy clara su propia voz, que es joven y atrevida, vitalista y llena de humor, expresiva y musical a tope.’
La Provincia. Diario de Las Palmas de Gran Canaria
‘Prodigios: belleza sonora y virtuosismo en su prodigioso y renovador pianismo.’
El País
‘Hicieron que dos simples pianos de cola sonasen como la Filarmónica de Viena.’
Panamá América- Epasa
‘Magistral fue la interpretación de Víctor y Luis del Valle. Espléndido virtuosismo, inaudita disposición al riesgo y la más alta seguridad de estilo se aúnan en estos dos músicos […] sonidos que quitan la respiración […] muy pocas veces se oyen obras de Mozart de una manera tan convincente.’
Stuttgarter Zeitung
-Hablan de la necesidad de reivindicar el dúo de pianos, ¿se han sentido alguna vez encasillados como intérpretes de música menor?
-El dúo de pianos tiene aún ese halo de amateurismo. Todavía pesa esa visión de las casas victorianas inglesas con dos jovencitas aficionadas tocando a cuatro manos. Pero eso ya le pasó al cuarteto de cuerdas, que a principios del siglo XX también se consideraba una formación menor. Eso cambió a medida que empezaron a crearse cuartetos de cuerda de calidad... Y con el dúo de pianos puede estar pasando algo parecido... nuestra principal actividad es la del dúo, que creemos que tiene un repertorio absolutamente maravilloso. Todavía es difícil vender algo así.
-¿También a los programadores?
-Por suerte, cada vez menos. Pero sí que cuesta aún, sólo falta ver la presencia de los dúos de piano en ciclos y festivales... Queda camino por recorrer. Y para recorrerlo es clave que florezcan los dúos.
-El dúo de pianos exige, como toda la música de cámara, por otro lado, una forma de respirar la música prácticamente idéntica. ¿Cómo resuelven las divergencias que sin duda surgen en el estudio de las partituras?
-Lo primero es tener una gran formación técnica y una capacidad de entendimiento y de escucha muy altas... hay por supuesto un trabajo analítico muy intenso y profundo que hacer de la estructura armónica, melódica, rítmica de las obras... Una vez hecho este trabajo, se trata de vivir esa música, de sentirla mientras la tocamos.
-En obras como La valse de Ravel o la Fantasía de Porgy and Bess que hizo Grainger sobre el original de Gershwin, Impulse tiene un opulento sentido orquestal. ¿Buscaban transmitir sensación de grandiosidad y virtuosismo precisamente como una forma de luchar contra ese halo de amateurismo del que hablaban antes?
-Estamos muy contentos con los resultados de Impulse. Y desde luego hemos explorado a conciencia esa faceta orquestal de los dos pianos, en La valse se ve muy bien. Realmente esta formación, tanto en los dos pianos como en las cuatro manos, es espectacular, y es lo que pretendemos que el público capte. Por supuesto tienes que meterte de lleno en ella y dedicarle el tiempo y la dedicación que merece. En las cuatro manos se comparte el instrumento. Eso genera una intimidad entre los intérpretes que no te la da ninguna otra actividad musical... cuando haces el trabajo correcto y todo fluye como tiene que fluir, puedes conseguir atmósferas verdaderamente mágicas.
-Registran su disco de debut en un sello granadino, Iberia (o IBS Classical). En Andalucía también se pueden hacer bien algunas cosas, ¿no?
-Por supuesto. Conocemos a Paco Moya y Gloria Medina desde hace mucho, hemos participado en sus cursos de La Zubia y en sus ciclos de conciertos. Y, como productores, su trabajo está al nivel de los mejores. Han conseguido para nuestro disco un sonido extraordinario, y estamos muy contentos con él.